Saludos cordiales,
El presente tema pretende reflexionar y cuestionar el rol que cumplen los papers en la instrumentalización del conocimiento y la creatividad que se genera en las Instituciones de Educación Superior (IES).
Cada vez que un docente o investigador que se encuentra en la academia manifiesta que va a publicar un artículo científico o papers (en inglés), la principal inquietud de quienes lo escuchan no recae en la temática o hallazgos encontrados, sino en qué revista será publicado ––se espera que sea una revista de alto impacto e indexada en bases de datos de alta popularidad––, en qué cuartil se encuentra y hasta cuáles serán los beneficios económicos de la publicación.
Desde hace unos años, gran parte de la vida académica de los docentes e investigadores se encuentra vinculada a una presión institucional que viene precedida por entes gubernamentales como los Ministerios de Educación Nacional y de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI), que imponen una serie de normativas en las cuales o, se publica en una revista con reconocimiento científico o se pone en riesgo la estabilidad laboral, ––ni siquiera se pone en cuestión los conocimientos o capacidad creativa de los docentes o investigadores en su rol como pedagogos––, en definitiva y de manera muy cruda, lo que importa es el incremento de publicaciones científicas para que las Instituciones de Educación Superior (IES), puedan posicionarse dentro de un contexto de competitividad y exigencia con unos criterios particulares de calidad.
Por lo tanto, los llamados papers se convierten en bienes que se consideran especiales más que por su contenido, por su capacidad de difusión e impacto dentro de los indicadores del campo académico. A estos se les asigna un poder simbólico que eleva el estatus social y prestigio académico de quien los publica. De esta manera, los papers se vislumbran como un bien fetichizado el cual tiene una relación de producción e intercambio a través de concebir el conocimiento y la creatividad de los docentes e investigadores como una mercancía susceptible de comercializar a través de revistas y bases de datos que, en muchas ocasiones, le ponen precio para acceder a su contenido.
En este contexto, el presente escrito pretende reflexionar sobre la manera en que las IES o universidades ––pensando principalmente en las públicas por un interés personal–– se han adaptado a un conjunto de normativas donde los papers son el bien para determinar sus indicadores de calidad y avance científico, independientemente de sí son resultados de una investigación que pudo haber tenido mayor impacto sociocultural o de economía política dentro de algún sector poblacional que convirtiéndose en un documento más en la web, ––lo que importa para estas instituciones es que los indicadores de producción científica se incrementen año a año––, por lo que las IES, han fomentado de manera consciente o inconsciente un neoextractivismo epistémico-académico ––más adelante se profundizará sobre este tema–– con los docentes e investigadores, siendo este extractivismo, uno más de tantos que han surtido efecto en la explotación de la vida social y biológica de los seres humanos.
Es importante aclarar que en esta exposición de ideas no se está en contra de los papers; el interés recae en reflexionar y cuestionar el rol que cumplen en la instrumentalización del conocimiento y la creatividad que se genera en las IES, donde se han fundado imaginarios que estipulan que una de las formas con mayor validez de exponer las ideas o resultados de investigación debe ser a través de un paper escrito por un experto, subvalorando otras formas de hacer investigación u otros tipos de conocimiento que no se encuentran en la academia, sino en algún contexto determinado que muchas veces ha sido el terreno de estudio teorizado y conceptualizado en ese paper. Como lo manifiesta Grosso (2012):
Los “saberes expertos” están en verdad en pugna con los “saberes locales” que pasan por alto: los saberes expertos suelen permanecer seguros y atrapados en la centralidad condescendiente del discurso tecnocrático del “desarrollo” y sus herencias; los saberes locales operan clandestinamente y emergen, extienden sus campos de acción o naufragan, en las densas vidas cotidianas, tramadas en la larga duración (pp. 14-15).
A pesar de lo anterior, es importante reconocer el trabajo, tiempo y disciplina que hay detrás de un paper. Para poder publicarlo debe ser original, novedoso, disponer de un marco teórico amplio, actualizado o con referentes que han sido validados anteriormente, además, de contar con una metodología clara, descrita y comprobable que, en ocasiones, permita establecer una hipótesis la cual puede ser falseada o demostrada a través de unos resultados. Básicamente, estos son los elementos fundamentales con los que debe contar el paper, que posteriormente, será evaluado por unos “pares expertos” que determinaran su calidad, pertinencia, relevancia y publicación en el mundo académico.
De acuerdo con lo anterior, se proponen dos papers que pretenden: en primer lugar, poner en cuestión el por qué los papers se han convertido en un fetiche en el mundo académico; en un segundo momento, establece el rol de las IES como extractoras de conocimiento y creatividad.